Tras ocho años en órbita, la nave Venus Express de la Agencia Espacial Europea (ESA) se prepara ya para zambullirse en la atmósfera hostil del planeta, un ambiente denso y tóxico a 450°C, muy superior a la tempertura de un horno normal de cocina.
Venus Express fue lanzada en una nave Soyuz–Fregat desde el cosmódromo ruso de Baikonur, en Kazajistan, el 9 de noviembre de 2005, y llegó a Venus el 11 de abril de 2006. Durante estos años, la sonda ha permanecido en una órbita muy elíptica en torno al planeta, que la lleva hasta a 66.000 km sobre el polo Sur en su punto más alejado -lo que le ha permitido obtener impresionantes vistas globales-, y a solo 250 km sobre el polo Norte, cerca de las capas superiores de la atmósfera del planeta.
Gracias a sus siete instrumentos la nave ha proporcionado un completo estudio de la ionosfera, la atmósfera y la superficie de Venus. “Venus Express nos ha mostrado la gran variabilidad de este planeta a corto y largo plazo, y también nos ha dado pistas sobre cómo ha cambiado desde que se formó hace 4.600 millones de años”, dice Håkan Svedhem, jefe científico de la misión, de la ESA. “Esta información nos ayuda a descifrar qué hizo que Venus y la Tierra acabaran siendo tan diferentes, pero también hemos advertido que comparten algunas características”.
Un océano
La temperatura de la superficie de Venus supera los 450°C, muy superior a la de un horno normal de cocina. Es además enormemente densa, y los gases que la componen son tóxicos para nosotros. Pero el análisis químico de la superficie rocosa realizado por los detectores infrarrojos de la misión han revelado que Venus podría haber tenido en el pasado un sistemas de placas tectónicas como el que tiene hoy la Tierra, e incluso un océano de agua.
Al igual que la Tierra, Venus está perdiendo partes de su atmósferasuperior al espacio. En concreto, Venus Express ha detectado que escapan al espacio el doble de átomos de hidrógeno que de oxígeno. Dado que la molécula de agua está compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, las observaciones indican que en la atmósfera se está produciendo desintegración de agua.
Hoy en día hay 100.000 veces más agua en la Tierra que en Venus. Pero ambos planetas son alrededor del mismo tamaño y se formaron en la misma época, así que los dos deben haber tenido aproximadamente la misma cantidad de agua en las etapas tempranas de su formación.
La sonda también ha observado con gran detalle la parte alta de las nubes, a unos 70 km de altitud sobre la superficie del planeta. Eso incluye un vórtice gigantesco que gira sobre el polo Sur, y que guarda cierto parecido con los huracanes terrestres. La nave ha detectado también -por su firma electromagnética- rayos generados en nubes de ácido sulfúrico.
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