miércoles, 19 de mayo de 2010

FANTASMAS

Los fantasmas (del griego φάντασμα, "aparición"), en el folclore de muchas culturas, son supuestos espíritus o almas desencarnadas que se manifiestan (aunque no de forma sagrada o hierofanía) entre los vivos de forma perceptible (por ejemplo, tomando una apariencia visible, produciendo sonidos u olores o desplazando objetos —poltergeist—), principalmente en lugares que frecuentaban en vida, o en asociación con sus personas cercanas. Constituye uno de los tipos más conocidos de superstición.

Quienes dicen haberlos visto los describen como siluetas o sombras monocromáticas, por lo general oscuras o blanquecinas, más bien difuminadas o nebulosas, antropomórficas, de carácter inmaterial y trasparentes a veces, que flotan y pueden no tener contorno definido a sus pies. Su aparición no suele sobrepasar el espacio de unos segundos, muy raramente un minuto, y cuando ocurre la temperatura baja sensiblemente, a veces junto a olores penetrantes, ruidos, golpes, música o voces. Su aparición provoca ulteriormente en los seres humanos de su entorno una cierta fatiga o depresión; poseen una carga electromagnética que puede ser medida.

Como las leyendas etiológicas, están ligados a un lugar, una leyenda o un mito; algunos, los llamados residuales, realizan siempre los mismos actos repetitivamente y su actitud no es comunicativa; otras veces sí es consciente, pero termina siendo esquiva y huidiza, hasta el punto de que podría decirse que parecen tener miedo o angustia ante los seres vivos; sólo unos pocos entre ellos son abiertamente hostiles o benéficos. Algunas veces han sido vistos y grabados traspasando muros sólidos; algunos pueden mover o transportar objetos de leve peso. Obedecen a las leyes de la perspectiva, según el punto del espacio desde el que se los contempla; muchos parecen sólidos y opacos, por lo que pueden ser filmados; se reflejan en los espejos y producen ruidos sincronizados con sus movimientos (pasos, etc). Generalmente dan la impresión de ser tan reales como las personas vivas, aunque sólo durante un período limitado.

Ciertas personas, los llamados clarividentes, medium, Ashanes o chamanes, dicen observarlos con frecuencia o poder comunicarse con ellos; asimismo prácticas conocidas como necromancia o nigromancia aseguran poder hacer que los muertos se encarnen otra vez brevemente. Según qué tradición, los fantasmas aparecen con distinto atavío, más o menos relacionado con su muerte (el clásico de la literatura occidental es el sudario o sábana mortuoria); el momento difiere, aunque por lo común es a la puesta de sol, a medianoche, en luna llena, a una hora fija o en una fecha determinada, por lo general de noche; sin embargo hay también apariciones poco puntuales que "se manifiestan" de forma imprevista e imprevisible en cualquier momento, incluso a mediodía. Los parapsicólogos los clasifican en residuales y conscientes; los residuales repiten siempre lo mismo y parecen ajenos a quienes los ven; los conscientes poseen una actitud comunicativa y pueden interactuar con los vivos. Algunas ceremonias, como por ejemplo los exorcismos, tienen el poder de alejarlos durante un tiempo o definitivamente.

Los estudiosos del fenómeno afirman que existen también fantasmas de personas vivas (bilocación, doppelganger, fetch...) y documentan también la aparición de fantasmas de animales (por ejemplo el Perro negro, el Dip, la Pesanta o el Cadejo, entre otros), barcos, trenes, aviones, casas y pueblos fantasmas e incluso objetos fantasmas, como los tsukumogami japoneses o los domésticos de parasoles (karakasa) y linternas (chōchinobake).

Pueden aparecerse solos, lo que es lo más corriente, o formando grupos, incluso numerosos. Su manifestación en algunos casos es anuncio o aviso de algo positivo o funesto por ocurrir. También los hay de carne y hueso: en 1937 la folclorista estadounidense Zora Neale Hurston escuchó en Haití el caso de Felicia Félix-Mentor, fallecida y enterrada en 1907 y viva aún treinta años después como zombi semiconsciente a causa del habitual uso en el animismo vudú de dosis semiletales de drogas/veneno como tetrodotoxina, estramonio o datura que provocan parálisis temporal y locura permanente. Otras alucinaciones visuales o auditivas provocadas por enfermedades como la esquizofrenia o por las drogas, o bien las falsas resurrecciones espontáneas causadas por enfermedades como la rabia, la catalepsia etcétera pueden haber originado asimismo leyendas de aparecidos, revenants, vampiros y no muertos en personas predispuestas por prejuicios cognitivos y tradiciones culturales. Por otro lado, partes del cuerpo humano desaparecidas, amputadas o cercenadas pueden ser percibidas por el cerebro como miembros-fantasma.

un fantasma también podría ser un espíritu atrapado en nuestro mundo por media de invocaciones, brujería o un alma en pena.

Origen [editar]La creencia en aparecidos (muertos que vuelven a aparecer para encomendar alguna misión) o revenants (lo mismo, en francés), espectros, ánimas del Purgatorio, almas en pena, o fantasmas es muy propia de la naturaleza humana, ha generado y genera una amplia literatura (novela gótica o de terror), inspira la cinematografía y el teatro y ha creado innumerables leyendas y mitos, si es que estos, inversamente, no han creado este bulo; la ciencia considera creer en fantasmas un tipo de superstición muy asentado en la psicología del ser humano, porque se alimenta de la necesidad de vida eterna, como la religión, y sublima una muerte inaceptable y aborrecible por medio del acto apotropaico de creer que la conciencia pervive más allá del fin de la misma. Estudios recientes indican que muchos occidentales creen en fantasmas; en sociedades donde la religión tiene mucho predicamento, como los Estados Unidos, una encuesta demostró que el 32% de sus habitantes cree en fantasmas y en la vida luego de la muerte o más allá, siempre en forma paralela a la religión o de forma menos regulada por un sistema escatológico como han hecho las religiones más frecuentes, que se aprovechan de este meme antropológico para crear estructuras económico-culturales de creencias.

Desde antiguo la mitología, la religión y otras manifestaciones de folklore o literatura han creído, o pretendido creer, en la existencia de entidades sobrenaturales, manifestaciones vitales o númenes más o menos inmmateriales de varios tipos:

1. Abstractos, más o menos alegóricos, como Dios.
2. Naturales o no humanos: inanimados sin movimiento o cosas, e inanimados con movimiento o semovientes, como el aire, el agua, el fuego, las plantas, los astros.
3. Naturales animados: animales o animalizados.
4. Antropomórficos.
5. Humanos.
Desde el más primitivo animismo, que otorga vida a todo lo semoviente o dotado de movimiento y evolución, así como a las fuerzas de la naturaleza (el aire, el agua, el fuego, la vegetación, los astros), muchas de estas categorías pueden asociarse, formar criaturas mixtas y recibir denominación o nombre, como el ángel o los dioses medio animales o animalizados de los egipcios y los japoneses. El fantasma vendría a ser una entidad entre el cuarto y quinto tipo por su origen humano, bien diferenciada de duendes, diaños, demonios, yōkai, genios, elfos, silfos, hadas y longaevi, restos de religiones desaparecidas a los que Heinrich Heine llamaba "dioses en el exilio". Para la mentalidad moderna, que ha desvitalizado el cosmos transformándolo en una cosa o un mecanicismo muerto y absorbiendo toda su vida en el yo y el antropocentrismo desde el Renacimiento, es más fácil creer por eso en fantasmas que en esos otros tipos de criaturas, cuyo predicamento estaba más extendido por el mundo politeísta antiguo y la Edad Media. El pensamiento prelógico y primitivo no distingue niveles entre lo real y lo imaginario, se rebela contra la idea inaceptable y abstracta de la muerte y considera que lo aparecido en sueños es indistinto y posee existencia real, justificando sus temores y concretándolos desde el mundo onírico o del sueño e identificando la imagen de un ser desaparecido por la muerte que aparece en este con un ser real no afectado por la conclusión, la desaparición y la muerte. Se cree así en otros grados de existencia, menos patentes pero considerados reales; es más, se calma así la inquietud existencial que provocan los sentimientos de culpa, de finitud y de muerte.

Historia [editar]Para los pueblos primitivos los fantasmas tenían una vida infinitesimal y miserable, insuficiente para animar y mover un cuerpo, hacer latir su corazón y darle aliento o respiración, pero vida al fin y al cabo, ya que tenían bastante o la suficiente fuerza para manifestarse en los sueños para atormentar o avisar a los vivos o como sombras y apenas necesitaban alimento (en las culturas antiguas con culto a los manes y antepasados había un día anual designado para alimentarlos con ofrendas de alimentos o sacrificios, que los cristianos han sustituido por flores en el Día de difuntos o de Todos los Santos). Así se calmaba a los antepasados y se aseguraba su benéfica influencia. La creencia en fantasmas se testimonia desde los primeros textos escritos sumerios y egipcios: el fantasma de Enkidú se apareció a Gilgamesh en la llamada Epopeya de Gilgamesh. También se encuentra extendida por otras civilizaciones de muy distinto desarrollo cultural. La Odisea del griego Homero y la Eneida del latino Virgilio acogen viajes de ultratumba. Los romanos ponían un puñado de tierra sobre el cadáver porque si no el alma erraría por toda la eternidad en la ribera de la Estigia, y era preciso poner una moneda en la boca para pagar al barquero o el alma no tendría descanso. Por eso aterraba a los romanos navegar por el mar, ya que no recibirían honras funerarias. A los suicidas romanos se los enterraba con la mano cortada y separada del cuerpo, con el fin de desarmar a su espíritu, que hipotéticamente atormentaría a los vivos. Los fantasmas buenos para los romanos eran los manes o espíritus de los antepasados; los malvados eran las larvae, almas de hombres malvados que vagan errantes por las noche y atormentan a los vivos. Una de las teorías que intentan explicar la religión los derivaría de la tendencia del pensamiento primitivo y prelógico a considerar que el mundo de los sueños forma también parte del real; por tanto, ver en sueños a personas fallecidas indica que no han muerto y que pueden interferir en la vida real. El origen de los fantasmas, pues, no sería distinto al de la religión en general.

En las civilizaciones orientales (como la china e india), muchos creen en la reencarnación o transmigración de las almas. Agregada a esta visión y dentro del Budismo, los fantasmas son almas que rehúsan ser recicladas en el curso del Samsara (ciclo de la reencarnación), porque han dejado alguna tarea por terminar. Los metafísicos y exorcistas de diversas religiones pueden ayudar al fantasma a reencarnarse o hacerlo desaparecer orientándolos o mandándolos a otra dimensión de existencia. En la creencia china e india, además de reencarnar, un fantasma puede también optar a la inmortalidad transformándose en semidiós y puede a través de su elevación espiritual trascender diversos planos o servir a los seres humanos, o bien puede bajar al infierno y sufrir ciclos karmáticos. En Japón, la religión shintoísta reconoce la existencia de espíritus de todo tipo y acepta la creencia en fantasmas como parte de la vida cotidiana. En la cultura malaya son prácticamente innumerables las leyendas y clases de fantasmas.

En Occidente la creencia en fantasmas se fue difuminando desde la creencia irracional en ellos de la Edad Media al escepticismo de la Ilustración en el siglo XVIII, cuando el padre Feijoo, embutido en una lucha sin cuartel contra las supersticiones, llegó a decir que "no hay fantasma ni espectro que no desaparezca al conjuro de una buena tranca". En ese mismo siglo, el doctor Samuel Johnson llegó a la conclusión de que el fantasma de Cock Lane en Londres era una filfa.

En el siglo XIX la creencia en fantasmas resurgió poderosamente merced a la tendencia irracionalista del Romanticismo y el desarrollo del Espiritismo, la Teosofía y pseudociencias como la Parapsicología.

Todavía en el siglo XX y XXI se sigue considerando a los fantasmas como almas en pena que no pueden encontrar descanso tras su muerte y quedan atrapados entre este mundo y el otro, a pesar del desarrollo de una corriente positivista, escéptica y científica, que intenta desacreditar esta superstición y cuyos representantes más conocidos son ilusionistas como Harry Houdini o James Randi. La creencia general común supone que el alma de un fallecido no encuentra descanso por una tarea que el difunto ha dejado pendiente o inconclusa ("promesa"): así, puede tratarse de una víctima que reclama venganza o un criminal que, por alguna causa, (haber sido enterrado con símbolos sagrados, por ejemplo) ve diferido su ingreso en el purgatorio o infierno. En la mayoría de las culturas contemporáneas, las apariciones de fantasmas están asociadas a una sensación de miedo y son fuente importante de estudio de recién nacidas pseudociencias, como la parapsicología. Aún es también importante dentro del estudio de ciertas religiones, como el Islam, el Budismo, Jainismo, Hinduismo, Shintoismo, Espiritualismo y Cristianismo, aunque cada una lo estudia de modo diferente. En las creencias de la Nueva Era, se intenta racionalizar la creencia tradicional afirmando que los fantasmas son cúmulos de energía negativa o que se trata de imágenes holográficas de personas que han dejado impregnado el ambiente con su imagen y sus actividades.


Clases de fantasmas [editar]G. N. M. Tyrrell, autor de un clásico libro sobre el tema, Apparitions (Apariciones), publicado en 1943, identificaba cuatro grupos principales en base a la conducta adoptada por los presuntos espíritus, más conocida que su propia naturaleza.

Apariciones que frecuentan habitualmente un lugar determinado. Generalmente no suscitan miedo, son inofensivos y a veces llegan a ser tratados como un miembro más de la familia.
Apariciones post-mortem. Suelen tener lugar poco tiempo después de la muerte de la persona vista, y no acostumbran a estar relacionadas con un lugar o un acontecimiento concreto.
Apariciones en casos críticos: el aparecido es alguien que está viviendo una experiencia importante (a menudo desconocida por el testigo de la aparición), como un accidente, una enfermedad o, por supuesto, la muerte.
Aparición inducida experimentalmente. En estos casos, el fantasma no es el de una persona muerta o moribunda, sino el de alguien vivo que intenta deliberadamente hacer que su imagen se haga visible a otra persona; se habla entonces de bilocación, si se trata de santos, o en el folclor alemán de doppelganger (en el irlandés, fetch).
Fantasmas y Economía [editar]Como pretexto de creación artística o literaria, la creencia en fantasmas es tema goloso que ha suscitado mucho negocio editorial, teatral, cinematográfico, radiofónico, televisivo y periodístico. También supone una atracción turística notable para ciertos lugares históricos. Eso provoca la aparición de grandes intereses creados en torno a las apariciones de fantasmas y, por tanto, la aparición, también, de distintos grados de fraude y negocio, y consiguientemente del rechazo interesado y del oscurecimiento igualmente perseguido de toda explicación estrictamente racional de este tipo de fenómenos; de ahí la explotación y fomento del miedo y de lo morboso, siempre más económicamente rentables, y el ahogo interesado de todo interés por llegar a la verdad que pueda existir en el fondo del asunto. Esta se deja siempre en una estricta ignorancia que, además, favorece la estafa, la riqueza, el lucro, el crecimiento económico. Por eso La desconfianza, el método científico, el empirismo y el escepticismo son requisitos imprescindibles para abordar con seriedad un fenómeno como este, rodeado de engaños y la mayor parte de las veces, si no todas, engaño él mismo.

Fantasmas y Parapsicología [editar]Para no ser pseudociencia, la parapsicología tiene en cuenta la psicología del engaño y procura documentar cualquier testimonio de los llamados fantasmas y controlar rigurosamente las circunstancias en que se producen (incluidas los observadores) alejándose de cualquier prejuicio cognitivo. Numerosos investigadores distinguen, por una parte, las apariciones de ectoplasmas obtenidas con ciertas medium espiritistas fraudulentas a comienzos del siglo XX (Eusépia Palladino, Douglas D. Home, Rudi Schneider, Franek Kluski) de las de ciertos investigadores serios (Charles Richet, Schrenk-Notzing, Gustave Geley, etc.) que acreditaron los fenómenos con las condiciones de observación que disponían en su época y, por otra parte, del encantamiento de los fantasmas, una subcategoría del cual es el llamado poltergeist o "espíritu burlón".

La parapsicología documenta que los fantasmas pueden ser de personas vivas o muertas y de personas o animales. Los fantasmas de personas vivas (bilocación) han sido documentados también, así como fenómenos denominados psicofonías y teleplastias. Determinadas personas, los llamados clarividentes, están imbuidos al parecer de una cierta percepción extrasensorial que les permitiría poder observarlos o sentirlos a menudo y obtener información privilegiada e inédita de los mismos, algunas veces por procedimientos como la escritura automática o la psicometría, y hay ocasiones en que, en efecto, parece que ha logrado obtenerse información útil que ha ayudado a esclarecer desapariciones y crímenes a la policía, como por medio de los clarividentes Rosemarie Kerr, Sally Headding o Nancy Orlen Weber. Los fantasmas más frecuentes poseen una tipología escindida en tres clases:

Fantasmas residuales, o visiones que realizan actos repetitivos y carecen de actitud comunicativa o interacción con los observadores.
Fantasmas conscientes, que pueden comunicarse e interactuar con los observadores.
Encantamientos duraderos de lugares concretos donde se manifiesta uno o más fantasmas desde hace mucho tiempo.
Poltergeist o "espíritus burlones", fenómenos de duración más reducida ligados a una persona, por lo general adolescente o joven (aunque no siempre), en la que se mueven objetos solos, se escuchan golpes repetitivos o ruidos y se encienden o apagan luces.
Fantasmas y Espiritismo [editar]Según el Espiritismo o "doctrina espírita", como se decía en el siglo XIX desde que este movimiento fue configurado por Allan Kardec y la teósofa Helena Petrovna Blavatsky, el alma humana sobrevive a la muerte del cuerpo material y dispone de un otro cuerpo llamado periespíritu. Los fantasmas serían seres humanos desencarnados capaces de manifestarse haciendo perceptible el periespíritu a los sentidos ordinarios. En el vocabulario espiritista no se utiliza la palabra fantasma, sino eidolon, espíritu, ente o entidad. Algunas almas no habrían pasado a otro nivel de existencia por miedo a quemarse eternamente, por simple obstinación o por poseer demasiado apego a este nivel de existencia o a algunas cosas y personas de este nivel de existencia.

OVNIS

El término objeto volador no identificado, más conocido por ovni (del acrónimo OVNI, calco del acrónimo inglés UFO o Unidentified Flying Object), se refiere al avistamiento de un objeto volante, real o aparente, que no puede ser identificado por el observador y cuyo origen sigue siendo desconocido después de una investigación.

Generalmente se relaciona a los ovnis con platillos voladores. Aunque los avistamientos de fenómenos aéreos inusuales se remontan a la antigüedad, el término platillo volador se popularizó en 1947, podríamos decir que por error. El 24 de junio de ese año, el piloto civil norteamericano Kenneth Arnold vio, mientras volaba, una formación de nueve artefactos alados muy extraños cerca de Mount Rainier, en el estado de Washington, EE. UU. Arnold declaró a la prensa que esos objetos revoloteaban como barcos en aguas muy movidas, y para ejemplificarlo comparó el modo de vuelo que observó al de «un platillo lanzado a través del agua». Los periódicos lo interpretaron mal y lo citaron incorrectamente, diciendo que el piloto había visto naves en forma de platillos que volaban. «Dijeron que yo había dicho que eran “como platillos”, cuando lo que yo dije fue que “volaban al estilo de un platillo”», declaró Arnold al célebre locutor Edward R. Murrow en una entrevista para la CBS, transmitida el 7 de abril de 1950 (Sagan, 1997).

Mientras la explicación original se ha olvidado, el término platillo volador se ha convertido en una palabra habitual. El aspecto y comportamiento de los platillos voladores de Kenneth Arnold era bastante diferente de lo que sólo unos años después se caracterizaría rígidamente en la comprensión pública del término: algo como un frisbee muy grande y con gran capacidad de maniobra. (Sagan, 1997)
Debido a los numerosos informes, algunos grupos ufológicos especulan que sería bastante probable que no se haya informado de muchos otros debido al miedo al ridículo público, dado el estigma social que se ha creado sobre el tema ovni. Esto ya que en la cultura popular en todo el mundo, se usa generalmente el término ovni para referirse a cualquier hipotética nave extraterrestre, aunque la expresión en sí misma realmente no define la naturaleza del fenómeno. La expresión «platillo volante» o «platillo volador» también es usada como equivalente para describir a un tipo de ovni.

Tras la investigación, al no poderse identificar esos objetos voladores ni su origen el suceso se registró como avistamiento ovni. Sin embargo, cuando un ovni es identificado como un objeto conocido (por ejemplo, un avión o un globo-sonda meteorológico), deja de ser ovni y se convierte en objeto volador identificado. En tales casos es inexacto seguir usando el término para describir el objeto.

El fenómeno ovni en la antigüedad

Lo que actualmente se conoce como el «fenómeno ovni» es fundamentalmente un concepto moderno nacido en la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, hay quienes interpretan algunos pasajes de la Biblia y de otras tradiciones originadas de culturas antiguas, como presuntas evidencias de antiguos avistamientos ovni.

Muchos sostienen que, desde el pasado más remoto, el ser humano trató de adaptar lo que veía a su intelecto, relacionando los distintos avistamientos con objetos conocidos, cercanos a él. Así, a partir de este argumento.

Dentro de algunos grupos ufológicos y creyentes en el fenómeno, también existe quienes plantean que muchas de estas referencias antiguas, serían registros de observaciones reales de supuestas naves alienígenas. También señalan que, si estos vehículos aéreos estaban tripulados, se produciría igualmente el contacto con los eventuales seres extraterrestres, quienes transmitirían a los observadores enseñanzas diversas. Según esta teoría, el origen de muchas de las civilizaciones del pasado (Egipto, Babilonia, etc.) radicaría en estos primitivos contactos. Así sostienen que estas supuestas naves habrían recibido distintas denominaciones en documentos antiguos: vehículo de los dioses, carros de fuego, vimanas, discos solares, nubes, nubes de fuego, el Borax Resplandeciente, nubes con ángeles, carro Pushpaka, maruts (todas ellas en el Ramayana hindú); y también escudo que vuela, luces cósmicas, perlas luminosas, flechas ígneas, Serpiente de las Nubes, escudo yacente, espadas voladoras, esferas transparentes, y otros cientos de nombres recibidos en distintas culturas, que serían claros ejemplos de las diferentes naves aéreas que surcaban los cielos.

Entre las supuestas pruebas que aportan, estarían también la que Pablo Sortino y Fernando Martínez Santos llaman «evidencia atmosférica». Para estos parapsicólogos, los halos de santidad que aparecen en las iconografías antiguas, ya sea en la hinduísta, budista y más tarde en las imágenes de los místicos cristianos beatificados, así como en ciertos grabados de los pueblos americanos precolombinos; de la cual postulan que no serán más que una cierta rememoración cultural y religiosa de un aspecto estético de seres divinos, que habrían encerrado literalmente sus rostros en cápsulas, seguramente para lograr respirar en la Tierra.

Igualmente, en la actualidad se sabe que algunas etnias indígenas, como por ejemplo en las culturas mapuches de Chile, se postula que conocen el fenómeno ovni desde hace siglos, en los que tienen una denominación específica para tales sucesos y las relacionan con seres que tienen capacidades de transformarse en fenómenos luminosos, tales como la leyenda del Anchimallén. Historias similares se tienen entre culturas chilotas del sur de Chile, que además incluirían fenómenos ovnis asociados a OSNI (objeto submarino no identificado), en la leyenda del Caleuche.

Sin embargo, esta hipótesis no deja de ser una explicación ad hoc, ya que las nubes y carros de fuego podrían ser metáforas empleadas en los relatos religiosos, y no hay ninguna evidencia de que dichos relatos deban ser interpretados más que de una forma mítica. Así, aunque también cabe señalar que tampoco existe absoluta seguridad científica de que aquellas descripciones sean metáforas religiosas, pues tampoco hay una forma empírica de saber si así ocurrieron los hechos o no; por lo que decir que se trata de naves extraterrestres es solo un argumento desde la ignorancia.

Primeros avistamientos modernos [editar]Antes de que se acuñaran los términos platillo volador u ovni, queda constancia de una serie de menciones a extraños e inidentificados fenómenos aéreos ocurridos hace años; los cuales ya no serían asociados con creencias, leyendas o mitos, como se presume que podría haber sucedido en la antigüedad. Éstas menciones datan desde mediados del siglo XIX a principios del siglo XX.

Así, los investigadores del fenómeno ovni consideran como el primer avistamiento documentado moderno, el sucedido en Chile en 1868 [2]. Fue publicado en el periódico El Constituyente, de la ciudad de Copiapó, y se refería al ovni observado en el mismo como a un volátil desconocido, y, posteriormente, ese mismo año, como a un grupo de estrellas filantes o bólidos que cruzaban el cielo. El fenómeno se observó muchas veces en esa zona durante dicho año, y es considerado por los ufólogos como la primera oleada de la que se tiene constancia, y el inicio de los registros que propiamente tal se relacionan al tema ovni.

Avistamientos contemporáneos [editar]La fase definitiva de avistamientos es posterior a la Segunda Guerra Mundial y comenzó en los Estados Unidos con el avistamiento que realizó el hombre de negocios Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947 mientras volaba con su avión privado cerca del Monte Rainier, en Washington. Informó haber visto nueve objetos brillantes con una forma parecida a la de un ala delta o a un bumerán, volando sobre una cara del Rainier y dirigiéndose hacia el cercano Monte Adams a una velocidad increíble, que estimó en, al menos, 1930 kilómetros por hora, calculando el tiempo que tardaron en viajar entre ambos montes. Marchaban velozmente como una escuadrilla y se movían como lo hace un disco que rebota en la superficie del agua. Los periódicos tergiversaron las palabras exactas de Arnold y describieron los objetos como platillos.

A partir de ese momento, y debido al error de la prensa, empezaron a describirse avistamientos de objetos en forma de «platillo volante» (flying saucer), de modo que esta denominación terminó arraigando en el folclore popular, convirtiéndose en la habitual para referirse a estos objetos en los años sucesivos.

Posteriormente, otros objetos con formas (de huso, triangulares) o de cigarro puro desplazaron progresivamente a los avistamientos clásicos.

Pocos días después del avistamiento de Arnold se produjo el conocido como Incidente Roswell, donde, supuestamente, una nave tripulada por humanoides se estrelló en Nuevo México, cerca de una base militar estadounidense. El Gobierno desmintió cualquier intervención extraterrestre en el asunto, a pesar de que fue el responsable de la base de Roswell quien, en un primer momento, declaró a la prensa que el ejército de EEUU había capturado un platillo volante con sus tripulantes, lo que sin duda acrecentó la confusión. Los restos encontrados se definieron como parte de experimentos militares secretos y recientemente se ha añadido que los supuestos cuerpos alienígenas no eran más que muñecos empleados para pruebas de resistencia corporal (como los crash test dummies usados en las pruebas de choque de los automóviles).

Clasificación [editar]Las formas en que se ha observado el fenómeno ovni son muy variadas, además muchos de ellos son solo informes, por lo que se puede verificar; mientras otras son algunos vídeos y fotografías, en las cuales se observa el fenómeno, y no se han detectado pruebas de su falsificación y explicación del fenómeno, por lo que han sido clasificados como ovnis. Entre las formas que se presenta el fenómeno, destacan:

Foo fighters: fenómeno cuyo nombre deriva del idioma inglés, y significa en español fantasmas combatientes. Su origen se remonta a la Segunda Guerra Mundial, dado que los pilotos aviadores combatientes de ambos bandos (las potencias del Eje y los Aliados) observaron este fenómeno y su sorpresa fue que los objetos no eran detectados por el radar. Se observaron como luces pequeñas, aparentemente con masa, aunque en algunos casos las pequeñas luces cruzaban del exterior al interior de las cabinas de los pilotos, su tamaño, según los informes variaba desde los 10 cm hasta 5 m, descritas como bolas incandescentes. En la actualidad se considera que los objetos avistados por los pilotos eran en realidad rayos globulares.
Esfera: fenómeno que generalmente se observa como cuerpo sólido y opaco, aunque han sido observados avistamientos de esferas translúcidas o luminosas, rígidas o flexibles. También conocidos como caneplas.
Disco: fenómeno que se observaría con una forma plana, algunas veces abultadas en el centro, luminosas o presentarían un brillo metálico.
Cigarro/puro: fenómeno que se ha observado como formas cilíndricas o similares a cilindros de gran tamaño (comúnmente mayor a las otras formas descritas), alargada y luminosa, aunque también se han descrito sin luminosidad o brillo.
Gusano: fenómeno que se presenta con una forma alargada con apariencia tubular, con un movimiento aparentemente similar al de los gusanos. Entre los ufólogos y la criptozoología, es conocido como Rod. Se dice que igualmente expulsarían objetos esféricos en la atmósfera.
Triángulo o delta: fenómeno en el que han sido observadas posibles naves con forma triangular, generalmente tienen una luz en cada vértice. En esta última descripción se discute su verdadera categoría como ovni; y la mayoría de los investigadores atribuyen su origen como aeronaves terrestres de carácter experimental o secreto, desconocidas solo para el mundo civil.
Posible evidencia física del fenómeno [editar]Existen algunos indicios que indicarían la existencia del fenómeno; aunque no demostrarían o ratificarían su naturaleza.

Radar.
Pruebas fotográficas, incluyendo fotos, películas y vídeos, que no se ha encontrado explicación, entre las que se encuentran algunos el espectro infrarrojo (raros).*«turistas de otro mundo». Consultado el 29 de junio de 2008.
Perturbaciones grabadas gravimétricas y magnéticas*«turistas de otro mundo». Consultado el 29 de junio de 2008.
Explicaciones y opiniones [editar] Opiniones a favor de naves extraterrestres [editar]Son muchos los avistamientos del fenómeno, hay una gran cantidad de fotografías y vídeos que muestran objetos voladores no identificados, e incluso documentos e informes militares desclasificados. Se han dado casos de aviones comerciales en las que gran número de pasajeros han visto al mismo tiempo un fenómeno de este tipo, y no se ha podido demostrar que todas estas evidencias sean falsificaciones o producto de alucinaciones. Los defensores de la naturaleza extraterrestre de los ovnis se basan en esto y en el hecho de que, en su opinión, muchos de los postulados de la ciencia carecen también de la necesaria confirmación.

Los creyentes de estos fenómenos igualmente argumentan que en la década de los 50, los servicios secretos americanos en conjunto con los de otras naciones perfilaron la estrategia de ocultación que se haría del fenómeno ovni. Indican que la metodología de los servicios secretos sería sencilla en un principio, limitándose reiteradamente a negar la veracidad de los testimonios de quienes han tenido algún tipo de avistamiento. Hay quienes dicen que en determinados casos espectaculares se han utilizado métodos de presión más convincentes, sea la extorsión y la amenaza a testigos así como el secuestro y ocultación de pruebas. También la ignorancia pública hacia los ovnis [3].

Este tipo de hipótesis recibe el nombre de hipótesis positivas (ver artículo ufología).

Teoría de la conspiración [editar]Artículo principal: Conspiración del ocultamiento extraterrestre
Los creyentes de estos fenómenos argumentan una Teoría conspirativa, en la que se indica que en la década de los 50, los servicios secretos estadounidenses en conjunto con los de otras naciones habrían perfilado la estrategia de ocultación que se haría del fenómeno ovni. Aunque el fenómeno fue ampliamente estudiado por los Estados Unidos en el Proyecto Libro Azul.

Igualmente algunos de los creyentes presentados especulan la eliminación de pruebas en esta teoría conspirativa, indicando que la metodología utilizada para ello se limitaría reiteradamente a negar la veracidad de los testimonios de quienes han tenido algún tipo de avistamiento. Hay quienes dicen que en determinados casos espectaculares y evidentes se habría utilizado métodos de presión más convincentes, sea la extorsión y la amenaza a testigos así como el secuestro y ocultación de pruebas.

Opiniones en contra de que los ovnis tengan relación con naves extraterrestres [editar]Los escépticos suelen emplear un principio básico de la ciencia que dice que «para poder afirmar la existencia de fenómenos extraordinarios se requieren pruebas concluyentes». Hacen hincapié en que no se han aportado pruebas fiables que respalden la hipótesis de que el fenómeno ovni tiene relación con naves extraterrestres.

Los escépticos no son los únicos en calificar estos avistamientos o cualquier relación entre los ovnis con seres de otros mundos, como un mero fraude, también la inmensa mayoría de científicos y aficionados al espacio descartan esta posibilidad.

Para los Astrónomos y científicos en general al no dar pruebas consistentes y no respetar el método científico, pero a la vez decir que sus conocimientos son verídicos se puede calificar a la ufología como pseudociencia.

A través de la historia del llamado fenómeno ovni se han verificado muchos casos de falsificaciones. Varios científicos han afirmado que cuando los informes de ovnis se estudian en profundidad, la mayoría de los casos logra ser identificado con certeza, resultando que se trataba de fraudes, alucinaciones, malas interpretaciones o pareidolias de fenómenos terrestres conocidos (cometas, fenómenos atmosféricos, satélites, basura espacial, aviones, prototipos de naves terrestres, nube lenticular, etc.).

En los demás casos el fenómeno queda como no identificado lo que no autoriza a pretender que, por el hecho de no lograrse con certeza su identificación, exista base para sostener que se trata de naves extraterrestres. Incluso en estos casos no identificados' resulta más admisible y lógico afirmar que se trate de casos similares a los identificados.

Este tipo de hipótesis recibe el nombre de hipótesis negativas (ver artículo ufología)

Falsificaciones [editar]La serie de fraudes que relacionan los ovnis con la histórica misión del Apolo 11 basada en señales de audio ficticios hechos por actores para una parodia realizada por la televisión británica el 20 de junio de 1977.
El video de la autopsia extraterrestre, un engaño que fuera presentada como real por el productor Ray Santilli en Londres en 1995.
El famoso vídeo de un ovni en México que se escondía detrás de un edificio y que al ser estudiado mostraba síntomas de 'pixelización'.
Los fraudes de Billy Meier.
El fraude de Metepec.
El caso de Amauri Rivera de 1988.
El 11 de agosto se creyó haber visto un ovni en Santiago, en Chile, por la noche, pero operativos del canal CHV, descubrieron que únicamente era un aviso de propaganda de las baterías Duracell.
Algunos avistamientos importantes de ovnis en el mundo hispano [editar] En Argentina [editar]Entre 1978 y 1994 hubo una serie de avistamientos extraños en las Sierras Cordobesas, de Villa Carlos Paz, mucha gente decía que aparecían pequeños triángulos blancos por las noches. También en Jujuy, en Humahuaca se observaron algunos avistamientos extraños, al igual que en Mendoza y en San Carlos de Bariloche en 1997. [cita requerida]
El 17 de septiembre de 1985 cientos de miles de habitantes de Buenos Aires y alrededores presenciaron el paso de un objeto luminoso durante casi 12 horas. El extraño suceso fue finalmente explicado como originado en el lanzamiento de un globo estratosférico MIR frances desde Sudáfrica dos meses antes.[1]
El más espectacular fue en 1988, en el barrio de Villa Urquiza de Buenos Aires, cuando un objeto plateado fue visto por más de 7500 personas a plena luz del día. El Aeroparque Jorge Newbery, informó que un objeto muy veloz apareció en sus radares a la dirección de la Villa General Paz aquel mismo día.[cita requerida]
Formaciones triangulares de ovnis Lenticulares, fueron registradas en Buenos Aires, a partir del año 1999 y durante cuatro años consecutivos el fenómeno anormal se reitero. Los análisis efectuados a las imágenes obtenidas de estos eventos extraordinarios fueron positivos, fueron realizados por fundaciones de renombre internacional y también por serios y experimentados investigadores del fenómeno ovni. [cita requerida]

Lo importante de las extrañas apariciones, es que en dos de estos cuatro eventos se registraron severos cortes de energía eléctrica en las zonas de la ciudad por donde se observaba el desplazamiento de las extrañas triangulaciones de lenticulares. El mejor registro obtenido de estas formaciones equidistantes, tal vez sea el del año 2001, que sucedió al anochecer del 26 de diciembre y fue emitido por la televisión nacional una semana después. Es posible que estas manifestaciones tengan relación con una específica época del año, y una determinada posición lunar, dado que los cuatro registros se obtuvieron con fases de luna creciente y con las elípticas más altas que se registran al año. Esto es medianamente así entre octubre y hasta diciembre.[cita requerida]

Hoy se pueden encontrar imágenes de estos eventos anómalos alojadas en más de 150 páginas de difusión digital por este medio. Varias de estas manifestaciones, precisamente las dos primeras (1999) y (2000), se pueden interpretar como lo que en el lenguaje ufológico se denomina flotillas ovni, debido a que las manifestaciones fueron producidas por decenas de ovnis que parecían estar encadenados de manera prolija, como generando geometrías complejas y siempre equidistantes. La velocidad de estos eventos es más bien de tránsito lento y orbital, aunque otras que comprendían las mismas formaciones lograban velocidades extraordinarias. La altitud aproximada del fenómeno puede oscilar entre los 10 000 y los 30 000 m.

ZOMBIS¡¡¡?

Un zombi (en ocasiones escrito erróneamente con la grafía inglesa zombie)[1] es, originalmente, una figura legendaria propia de las regiones donde se practica el culto vudú. Se trataría de un muerto resucitado por medios mágicos por un hechicero para convertirlo en su esclavo. Por extensión, ha pasado a la literatura fantástica como sinónimo de muerto viviente y al lenguaje común para designar en sentido figurado a quien hace las cosas mecánicamente como si estuviera privado de voluntad.

De acuerdo con la creencia, un houngan, bokor o hechicero vudú sería capaz mediante un ritual de resucitar a un muerto, que quedaría sin embargo sometido en adelante a la voluntad de la persona que le devuelve a la vida. Estos muertos vivientes son llamados zombis. La palabra podría tener relación con el nombre de una serpiente divina que es objeto de culto en las regiones de lenguas níger-congo (también adorada en el vudú bajo el nombre de Damballa), y que está emparentada con el término kikongo nzambi, que significa dios.
En 1937 la folclorista estadounidense Zora Neale Hurston conoció en Haití el caso de Felicia Félix-Mentor, fallecida y enterrada en 1907 y a quien, sin embargo, muchos lugareños aseguraban haber visto viva treinta años después convertida en zombi. Hurston se interesó por rumores que afirmaban que los zombis existían realmente aunque no eran muertos vivientes sino personas sometidas a drogas psicoactivas que les privaban de voluntad. Sin embargo, no pudo encontrar datos que fueran más allá del mero rumor.

Varias décadas más tarde, en 1982, el etnobotánico canadiense Wade Davis viajó a Haití para estudiar lo que pudiera haber de verdad en la leyenda de los zombis y llegó a la conclusión —publicada en dos libros: The Serpent and the Rainbow (1985) y Passage of Darkness: The Ethnobiology of the Haitian Zombie (1988)— de que se podía convertir a alguien en zombi mediante el uso de dos sustancias en polvo. Con la primera, llamada coup de poudre (en francés, literalmente, «golpe de polvo», un juego de palabras con coup de foudre, que significa «golpe de rayo» y también «flechazo» amoroso), se induciría a la víctima a un estado de muerte aparente. Sus parientes y amigos la darían por muerta y la enterrarían, y poco después sería desenterrada y revivida por el hechicero. En ese momento entrarían en acción los segundos polvos, una sustancia psicoactiva capaz de anular la voluntad de la víctima.

El ingrediente principal de la primera sustancia, el coup de poudre, sería la tetrodotoxina (TTX), una toxina que se encuentra en el pez globo, que habita las costas del Japón y el Caribe. La TTX, administrada en una dosis semiletal (LD50 de 1 mg), es capaz de crear un estado de muerte aparente durante varios días, en los cuales el sujeto sigue consciente a pesar de todo. Otras fuentes hablan del uso del estramonio o datura, que en Haití se llama concombre zombi, esto es, «pepino zombi». Según la creencia popular, la ingestión de sal liberaría al zombi de los efectos de la droga.

Davis popularizó también la historia de Clairvius Narcisse, un hombre que aseguraba haber sido víctima de esta práctica y haber vivido como esclavo zombi en una plantación durante dos años.

A pesar de que la creencia en los zombis está extendida en Haití (hasta el punto de que a veces se toman medidas para evitar que los muertos sean convertidos en esclavos, como inyectarles gran cantidad de agua salada o incluso cortarles la cabeza), no existe ninguna evidencia científica de que nadie haya sido sometido a un proceso de zombificación, ni por medio de los venenos descritos ni, por supuesto, por medios mágicos sobre muertos reales. Las investigaciones y relatos de Davis y de Hurston han sido contestadas por escépticos que ponen en duda su veracidad. Por otra parte, es falso que el código penal haitiano prohíba expresamente el uso de sustancias susceptibles de provocar la zombificación; meme o idea falsa que en ocasiones se cita como demostración de la existencia real de estas prácticas.

El deplorable estado de los muertos vivientes de las películas es insostenible para los hechos científicos. Durante la reciente pandemia de influenza humana, una broma bastante común fue al comparar la situación con las tramas típicas de las cintas de zombis. Los siguientes son algunos puntos que contradicen a Hollywood.

El tono amarillento de la piel, además de la descomposición, podría atribuirse a trastornos en el hígado y los riñones; el colapso de estas vísceras es incompatible con la vida -o la supuesta vuelta a la misma-, ya que realizan funciones especiales para el organismo.
En los últimos años hay cintas que proponen un virus parecido al de la rabia. En primer lugar no existe un agente viral que cause el cuadro clínico que afecte a los supuestos zombis, ni que se propague con tanta eficacia como la gripe.
El corazón de un humano muerto deja de bombear sangre, y por tanto las células de los "muertos vivientes" no se nutren ni oxigenan, así que resulta imposible su desplazamiento y manutención. Es más, en varias películas los zombis reciben disparos y heridas en el corazón y no les afecta.
Los zombis cinematográficos pasan largos periodos de ayuno. Esto debería llevar consigo una pérdida de la homeostasis -regulación del desarrollo interno del organismo-. Esto lleva una contradicción en los guiones: sin alimentos, el cuerpo pierde su capacidad de movimiento.
Si el zombi está realmente muerto, entrará en estado de descomposición. Los organismos necrófagos -como la mosca Lucilia- segregarán sustancias en su interior, lo que ocasiona un olor nauseabundo -mismo que nunca ha sido reflejado en la pantalla grande-.
Sean como sean estas criaturas, la única manera de "disfrutar" su presencia es a través de las pantallas, cuya condición, aunque insostenible desde el punto de vista biológico y fisiológico, constituye una escalofriante metáfora de nuestro tiempo
Literatura [editar]Existen diversos libros a nivel mundial que tratan el tema de los zombis, como el de Max Brooks (hijo de Mel Brooks) con Zombi - Guía de superviviencia y Guerra mundial Z: Una historia oral de la guerra zombi. En España también se editó el libro Apocalipsis Z basado en un blog del mismo título, cuyo autor es el escritor español Manel Loureiro así como Los Caminantes, del malagueño Carlos Sisí, que narra cómo una pandemia zombi arrasa con la civilización tal y como la conocemos, y Oh No! Voy a convertirme en Zombi! de Jason Daniel Greenfield y Martin Towers donde, en clave de humor, se enseña a los zombis a sobrevivir en un mundo infectado por humanos.

Videojuegos [editar]Los zombis son conocidos, en los videojuegos, por ser aparentemente faltos en inteligencia, pero esto lo suplen con su tenacidad al pelear. Generalmente combaten cuerpo a cuerpo, aunque también usan armas pero con poca precisión.

Uno de los juegos de Capcom (además de Resident Evil) es Dead Rising para la Xbox 360 y Wii en el que te encuentras en un centro comercial y usas cualquier cosa en el para matar zombis. La secuela de este juego (que también sera para la Xbox 360 y PS3) sólo que esta vez te verás situado en Las Vegas. Aparecen como enemigos en la saga Alone in the Dark y también en la saga Resident Evil. En Halo los zombis son el resultado del virus Flood ya que los cadáveres tanto humanos como alienígenas son infectados y reanimados por el parásito, además no tienen muchas veces la idea de "enemigo central" de otros NPCs enemigos al jugador. Un zombi en pleno campo de batalla atacará al jugador, a sus aliados o a sus enemigos sin importarle que el resto lo ataque. Generalmente son vistos como villanos y ha dado la costumbre en los videojuegos en forma de analogía "Zombi = Escopeta", pues donde aparecen su terror es la escopeta que pueden llegar a reventarlos totalmente. Esto, claro, con dos condiciones: una, que estén cerca, pues la escopeta es arma de corto alcance; y dos, que dispares en el momento justo, antes que te maten a ti. Los zombis aparecen, sobre todo, en zonas oscuras, donde la visibilidad del jugador y sus aliados queda reducida. Pueden llegar a ser tan sigilosos como mortales, e incluso un zombi herido resulta una seria amenaza si nos toma desprevenidos, y andamos con salud baja. Lo peor de estos, no importa que vayas con lanzamisiles en mano y con cara de pocos amigos, ellos te atacarán de todas formas, y el problema no es ese: no importa si les llevas ventaja o si huyes para salvar tu vida, te seguirán y te atacarán hasta el fin del mundo. También tienen equivalentes; en Fallout 3 el jugador no encuentra zombis, pero sí Feral Ghouls, los Ghouls son gente que ha quedado expuesta a tal radiación que no mutó, pero su piel quedó quemada (Además de infertilidad, pérdida del cabello, cambio de la voz, cierta fragilidad en los miembros, etc). Los Fheral Ghouls son agresivos, y pueden ser considerados los zombis del juego: parecen estar desnutridos, visten con ropa hecha tiras, atacan cuerpo a cuerpo, emiten sonidos extraños al atacar, generalmente están en lugares con radiación (Los túneles de metro tienen algunos barriles) y, aunque no es considerada una característica pero sí una debilidad, son muy débiles ante una escopeta. Según el juego, un Fheral Ghoul es un gul llevado al extremo: sin comida, sin fuerza (Pero en dificultades altas son de temer) y han perdido la capacidad de la razón. En la saga de juegos de Half-life, se le dice zombi a un humano o personaje que es infectado por un headcrab, una criatura que toma el control del cuerpo de su anfitrión, los exiten como zombis normales que infectan científicos y ciudadanos, fast zombies de la infección aparente de cadáveres con fast headcrabs, poison zombies de la infección de un headcrab venenoso con un humano y un zombine o alizombie de la infección de un soldado combine con un headcrab.

Otro juego es Left 4 Dead, de Valve, cuyo enemigos principales son zombis e infectados especiales que han mutado a causa del virus. Los supervivientes tienen que ingeniárselas para llegar a los refugios y salvar sus vidas mientras hordas de zombis les van atacando.

En el juego Counter-Strike también aparecen en el zombie mode, ellos carecen de armas pero tienen habilidades sorprendentes. En los juegos de la saga Monkey Island, el pirata LeChuck también puede ser considerado como un zombi, o muerto viviente.

También aparecen en el nazi zombies del videojuego Call of Duty: World at War en el que hay que sobrevivir a oleadas de zombis nazis comprando armas de la Segunda Guerra Mundial. En la saga MOTHER hay zombis vagantes por las zonas más embrujadas de "América Rural", "Eagleland" y "Nowhere Islans", en lugares como el Cementerio de Podunk, Threed y el Castillo Osohe. En The Legend of Zelda, aparecen criaturas llamadas ReDead, con aspecto de zombi, pero con la particularidad de poder emitir un sonido ensordecedor que paraliza a quien lo escucha, y que atacan a sus víctimas estrangulándolas. En WWE SmackDown vs. Raw 2009 aparecen trajes alternativos de Finlay y Santino Marella como zombi, según la modalidad Road to Wrestlemania, The Undertaker los controla.