Gary L. Stewart está convencido de que su padre biológico es el 'Asesino del Zodiaco': el hombre que sembró el terror durante años en los alrededores de San Francisco e inspiró la película protagonizada por Jake Gyllenhaal.
Así lo explica en unas memorias que señalan como responsable a Earl Van Best Jr, que dejó embarazada a su madre con apenas 14 años y falleció en México en 1984 sin que nadie lo interrogara por aquella deriva criminal.
No es la primera vez que un investigador anuncia que ha descubierto al 'Asesino del Zodiaco'. Pero ninguna hipótesis ha tenido tanto eco como la de Stewart. En parte por su parentesco con el sospechoso y en parte por su semejanza con el retrato robot que difundieron las autoridades de San Francisco después del asesinato de un taxista en octubre de 1969 junto al puente del Golden Gate.
Los expertos siempre han creído que aquél fue el último crimen del asesino, que antes había matado a cuatro jóvenes en tres incidentes muy similares en lugares más o menos recluidos del norte de California. A finales de septiembre de 1969, por ejemplo, mató a puñaladas a Cecelia Shepard (22 años), dejó malherido a su novio Bryan Hartnell (20) y escribió luego en la ventanilla de su coche "con un puñal".
Un asesino en el imaginario colectivo
Los crímenes del 'Asesino del Zodiaco' aterrorizaron a los habitantes de San Francisco. Pero fue su relación con los inspectores de la policía lo que le hizo entrar para siempre en elimaginario colectivo de la ciudad. El homicida enviaba mensajes en clave con referencias a la ópera o a la astrología, amenazaba con sembrar las escuelas de cadáveres y aseguraba haber cometido muchos más homicidios en otras ciudades del país.
Así fue como cientos de aficionados empezaron a elaborar hipótesis sobre la identidad del asesino. Alguno aventuró que había dejado de matar porque la policía lo había arrestado por otros delitos, un matrimonio llegó a descifrar uno de sus mensajes y muchos construyeron teorías que implicaban a delincuentes que se encontraban en la cárcel o que habían fallecido. Pero la policía de San Francisco nunca llegó a confirmar su veracidad.
Van Best era el Aseino del Zodiaco
Gary Stewart sólo empezó a indagar en los detalles del caso al conocer a su madre biológica Judith Gilford en la primavera de 2002. Estaba a punto de cumplir 40 años y trabajaba como ingeniero eléctrico en una empresa petrolera de una ciudad de Luisiana donde se había criado con sus padres adoptivos Leona y Loyd. Al enterarse de que Judith quería conocerle, sintió dudas pero la llamó y a principios de junio voló a San Francisco para conocerla con su hijo Zach.
Stewart preguntó entonces quién era su padre biológico y su madre le explicó que se llamaba Earl Van Best Jr. y que le había abandonado contra su voluntad con apenas tres meses de vida en una iglesia de Baton Rouge.
Así fue descubriendo los detalles de la relación de sus padres, que se habían conocido cuando Judith ni siquiera tenía 14 años en una heladería de San Francisco y que se habían casado en la ciudad de Reno tras escaparse de casa unos meses después. Juntos llegaron a Nueva Orleans, donde ella dio a luz y donde su marido cogió un tren a Baton Rouge donde dio el niño en adopción. El matrimonio se anuló y Van Best fue juzgado en San Francisco por corrupción de menores en un caso muy popular en la ciudad.
"Quería conocer a mi padre, amarle e incluso perdonarle por lo que me había hecho", explica Stewart en el prólogo del libro al explicar el motivo por el que inició su investigación. Dos años después, empezó a sospechar que Van Best podría ser el 'Asesino del Zodiaco'. Pero siguió indagando durante una década antes de publicar sus memorias, que la policía de San Francisco se ha comprometido a examinar.
La misma cicatriz en las huellas dactilares
Stewart explica que su padre tenía una cicatriz en sus huellas dactilares que coincide con la del asesino y que la firma de ambos era muy similar. También apunta que ha encontrado el nombre de su padre en uno de los criptogramas que el homicida enviaba a la policía de San Francisco y subraya que su rostro concuerda con el de su retrato robot.
El autor del libro está esperando los resultados de unas pruebas genéticas para saber si su ADN concuerda con el del asesino. Pero asegura que no tiene dudas de la veracidad de su hipótesis y escribe en su libro que la acepta a su pesar: "A medida que pasaban los años y que iba reuniendo más indicios, no podía negar que mis peores miedos se habían convertido en realidad. Sentí que mi responsabilidad era compartir estas verdades que había conocido de una forma que no dejara dudas sobre la identidad del asesino y sobre las razones por las que había cometido sus crímenes".
Conexiones con sectas satánicas
El libro indaga en las conexiones de Van Best con las sectas satánicas y desvela que el padre del sospechoso ejerció como pastor metodista en Tokio y llegó a conocer al emperador de Japón. También explica que era un amante de la ópera y que había descifrando códigos durante la guerra. Dos detalles que podrían explicar algunos de los mensajes del asesino pero que no suponen la prueba definitiva de su identidad.
La hipótesis de Stewart no convence al aficionado Tom Voigt, que creó una web sobre el caso que llegó a recibir hasta 37 millones de visitas en marzo de 2007. "El sospechoso más probable que conozco es un hombre de San Francisco que ya murió y que se llamaba Richard Gaikowski", explica a EL MUNDO. "Mi mente está abierta pero hacen falta más pruebas para convencerme de que el asesino no es él".
Voigt no rechaza de plano la hipótesis de Stewart sobre su padre. Pero asegura que no hay suficientes indicios caligráficos que demuestren que es el autor de los mensajes a la policía de la ciudad. "Hay una carta que el asesino envió a un empleado del Gobierno de California y que las autoridades nunca publicaron", explica. "Sería bueno que esa carta se hiciera pública porque podría contener pistas relevantes que entonces no aportaban nada a la investigación".
La policía de San Francisco ha asegurado que sus agentes examinarán la hipótesis de Stewart. Pero Stewart sugiere en el libro que abandonaron la pista que llevaba a Van Best al darse cuenta de que uno de sus inspectores (Rotea Gilford) estaba casado con su primera mujer.
"Créame que esto es lo último que querría saber", decía esta semana el hijo de Van Best en las páginas de la revista 'People'. "Espero que al menos esto ayude a las familias de las víctimas".
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