«La encuadernación de este libro es todo lo que queda de mi querido amigo Jonas Wright, que fue desollado vivo». Esta inscripción aparecida en un libro del siglo XVII que ahora guarda la Escuela de Derecho de la Universidad de Harvard ha hecho pensar durante mucho tiempo que el tomo estaba encuadernado con piel humana. Nada que ver con la realidad. Una serie de pruebas científicas han mostrado que, en realidad, el manuscrito está cubierto con una sencilla y mucho menos grotesca piel de oveja.
El material de encuadernación del libro de Derecho español publicado en 1605-1606 se determinó después de un análisis de nueve muestras de su cubierta, empastada y pegada, según ha explicado Karen Beck, una conservadora de libros en la biblioteca de la Escuela de Derecho de Harvard. La científica llevó a cabo las pruebas usando una técnica para identificar proteínas llamadas huellas peptídicas, útiles para diferenciar las muestras de otras fuentes de pergamino como bueyes, venados, cabras y piel humana. El pegamento contenía colágeno de buey y cerdo.
Conservadores, dermatólogos y otros expertos han estudiado el libro durante años por la sugerente inscripción en su última página que dice: «La encuadernación de este libro es todo lo que queda de mi querido amigo Jonas Wright, que fue desollado vivo por los Wavuma en el cuarto día de agosto de 1632. El rey Mbesa me dio el libro como una de las pocas posesiones del pobre Jonas, junto con abundante piel para encuadernarlo. Descanse en paz».
El libro llegó a la Escuela de Derecho de Harvard en 1946, ha señalado Beck. Podría haber tenido una encuadernación diferente en algún momento de su historia, de acuerdo con Beck, lo que podría explicar la mención en 1632 de un libro publicado en 1605-1606.
Beck se preguntó si alguien escribiría esa inscripción si Jonas Wright hubiera sido en realidad el nombre de una oveja, pero cree que, en lugar de eso, podría haber sido el producto de la macabra imaginación de alguien.
Bibliopegia antropodérmica
La práctica de encuadernar libros con piel humana, llamada bibliopegia antropodérmica, fue en el pasado una práctica común y se ha hecho al menos desde el siglo XVI, según la publicación del blog de la biblioteca de Harvard. Las confesiones de criminales eran en ocasiones encuadernadas con su propia piel y había personas que querían ser recordadas por su familia o seres queridos en forma de libro encuadernado con su piel.
Harvard tiene otros dos libros encuadernados con piel humana. Uno sobre meditación del alma publicado por el escritor francés Arsène Houssaye en el siglo XIX y una edición de la Metamorfosis de Ovidiopublicada en el siglo XVI.
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