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miércoles, 4 de junio de 2014

MUERE EL PADRE DEL "ÉXTASIS"...


La droga del acid house fue creada por el químico y farmacéutico Alexander 'Shasha' Shulgin con ines terapéuticos para superar traumas represivos...



Cuando Alexander Shasha Shulgin probó el peyote a finales de los años cincuenta descubrió que había drogas capaces de llevarnos más allá de las fronteras de la conciencia. Era doctor en Bioquímica por la Universidad de Berkeley y su interés era básicamente científico.
El peyote le hizo recuperar emociones y memorias de la infancia y le puso en ruta hacia las drogas psicoactivas. Mientras estuvo bajo sus efectos se sintió como un niño, todo asombro y sorpresa. "Lo más revelador es que aquel recuerdo tan impresionante lo había producido una fracción de un gramo de un producto blanco y sólido. Lo que recordé procedía de las profundidades de mi memoria y mi psique. Entendí que nuestro universo está dentro de nuestra mente y nuestro espíritu. Podemos optar por no acceder a él, incluso podemos negar su existencia, pero sin duda está allí, dentro de nosotros, y si queremos hay productos químicos que pueden alcanzarlo".
Empezó a trabajar para Dow Chemical, pero en 1965 decidió montar su propio laboratorio, y lo hizo en un cobertizo en la parte trasera de su casa en Berkeley, una gran propiedad que adquirieron sus padres, ambos maestros, él de origen ruso.





Era un investigador alternativo. Trabajaba con música rusa de fondo -Prokofiev, Shostakóvich, Rajmáninov-, conducía un escarabajo y si le invitaban a una recepción se ponía un esmoquin, pero no se quitaba sus sandalias hechas a mano.
Diseñaba y sintetizaba drogas psicodélicas. Documentaba la receta y los efectos que producía. Cada droga, y diseñó unas 150, la probaba y la daba a probar a su esposa, Ann, que era tan entusiasta como él del peyote. "He leído todo Carlos Castaneda", reconocía.
Colaboraba con la agencia antinarcóticos (DEA), que, a cambio, le dejaba producir las drogas para fines científicos. Aun así, consideraba que ningún gobierno debía entorpecer la libertad del individuo para explorar los límites de su conciencia. Un día de 1976 un amigo le llamó la atención sobre el medicamento MDMA que Merck había desarrollado en 1912 pero que no tenía una aplicación concreta. Shulgin descubrió que sus beneficios terapéuticos se parecían a los del peyote. "Permite al individuo -explicó- expresar y experimentar contenidos afectivos reprimidos por las barreras culturales". Un amigo psiquiatra la recetó a miles de pacientes y luego pasó a la cultura underground californiana. Frente a los clubs musicales se vendía como éxtasis. Shulgin no la fabricaba ni se beneficiaba de ella, pero los traficantes se hicieron millonarios. El Gobierno la prohibió en 1985 con el argumento de que daña el cerebro. Shulgin se desesperó porque la ciencia perdía un vehículo idóneo para superar traumas psicológicos asociados con la represión. La droga, pese a todo, encontró un filón en las discotecas de Eivissa y en los ochenta alumbró la música acid house .
Shulgin falleció el lunes a las cinco de la tarde en su casa de Berkeley a causa de un cáncer de hígado. Murió escuchando música meditativa budista y rodeado de amigos y familiares.
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EN BUSCA DEL ...67P/ CHURYUMOV-GERASIMENKO


La nave espacial Rosetta, que va de camino a un cometa a unos 600 millones de kilómetros de la Tierra, tiene que encender hoy sus motores durante unas horas, en una maniobra milimétricamente diseñada para perder velocidad en su aproximación al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, su destino. 
Es la segunda de las tres grandes operaciones de frenado programada (la primera se cumplió con éxito el 21 de mayo), más otras de ajuste para llegar al cometa, el próximo 6 de agosto, a la velocidad y distancia planeadas. Si no se hacen correctamente, la nave se pasaría de largo y el objetivo de la Agencia Europea del Espacio (ESA) es poner la Rosetta en órbita del 67P/Churyumov-Gerasimenko para acompañarlo en su viaje hacia el Sol.
 “Estas maniobras ponen la nave espacial un escalón más cerca al cometa, de manera que, a la llegada, a principios de agosto, estaremos a 100 kilómetros de distancia y a una velocidad relativa de un metro por segundo”, ha explicado Sylvain Lodiot, jefe de operaciones de la Rosetta.


La nave, que partió de la Tierra en marzo de 2004, viajó hibernada durante dos años y medio, es decir, con la mayoría de sus equipos apagados e incomunicada con la Tierra, hasta que se despertó el pasado mes de enero. Desde entonces, mientras los científicos e ingenieros verificaban el estado de salud de todos los instrumentos de a bordo y la sonda espacial reducía la distancia al objetivo de cinco a dos millones de kilómetros, el cometa se ha despertado al irse acercando a la estrella.
La llegada al objetivo está prevista para el próximo agosto
Hace un mes había empezado a calentarse el núcleo del 67P/Churyumov-Gerasimenko, sublimándose hielo de su superficie y formando ya una envoltura de gas y partículas, el coma, que se extendía 1.300 kilómetros en el espacio. Luego se forma la cola, por efecto del viento solar. “Está empezando a parecer un cometa auténtico”, señalaba Holger Sierjs, investigador de la misión. “Parece increíble que dentro de unos pocos meses, la Rosetta estará dentro de esa nube de polvo y en camino hacia el origen de la actividad del cometa”.
La misión Rosetta, con un coste total de 1.300 millones de euros, está concebida para ser la primera en la historia en descender en la superficie del cometa. Será en noviembre de este año, con la nave ya en órbita del 67P/Churyumov-Gerasimenko, cuando se desprenda de ella el módulo Philae (con 10 instrumentos científicos a bordo) para anclarse al núcleo cometario y tomar allí datos de composición química, estructura del objeto celeste, propiedades térmicas y mecánicas, etcétera. Los 11 instrumentos de la Rosetta, estudiarán mientras esté en órbita el 67P/Churyumov-Gerasimenko y su transformación a medida que se vaya acercando al Sol, así como unos meses después, cuando se esté alejando. La misión concluirá en agosto de 2015.

El interés de los científicos por esta especie de icebergs cósmicos que son los cometas, bloques de hielo con fragmentos de roca y polvo, deriva del hecho de que su composición no ha debido cambiar mucho desde la fase de formación del Sistema Solar, hace unos 4.600 millones de años, a diferencia de la profunda transformación sufrida, por ejemplo, por la Tierra.
Al irse acercando al Sol el objeto ha formado el coma cometario
El núcleo del 67P/Churyumov-Gerasimenko tiene forma irregular, de unos tres por cinco kilómetros, y su estudio de cerca permitirá no solo hacer un mapa de su superficie, sino identificar sus zonas activas y los cambios que sufren al evaporarse el hielo y las partículas de polvo y gas que se desprenden.
Pero para eso, primero hay que llegar. Con las maniobras que se realizan estas últimas semanas de viaje, bajo la dirección de los expertos del centro de control de vuelos espaciales ESOC de la ESA, en Darmstadt (Alemania), “vamos cambiando la velocidad de Rosetta de manera que, el 6 de agosto, [el cometa y la nave] tengan la misma velocidad y posición”, explica Andrea Accomazzo, director de vuelo de la misión. Tras la operación planeada para hoy, queda un tercer frenado importante, de varias horas, el 18 de junio, y otros cuatro más suaves en julio. Se trata de enviar órdenes a la nave para que encienda sus cohetes y, al expulsar combustible por delante en el sentido de la marcha, aminoran la velocidad.

“La nave Rosetta y el cometa que va a estudiar se encuentran en un punto del Sistema Solar, pero cada uno llega con una órbita distinta”, explica el ingeniero aeronáutico Miguel Belló-Mora, experto en dinámica orbital, que diseñó el viaje, es decir, la trayectoria de esta misión. “Al ser las órbitas distintas, lo son también sus velocidades. Si la Rosetta no enciente sus motores para igualar su velocidad a la del cometa, el encuentro entre los dos sería muy fugaz dado que estamos hablando de velocidades relativas de varios miles de kilometros por hora”. Así fue el encuentro de la nave Giotto, también de la ESA, con el cometa Halley, en 1986. La sonda no igualó su velocidad a la del cometa y lo que hizo fue sobrevolarlo, tomando datos e imágenes durante unos minutos.
El módulo ‘Philae’ descenderá a la superficie para tomar datos
Con la nave Rosetta, los científicos e ingenieros son mucho más ambiciosos que hace casi tres décadas, así que hay que frenar. “Un vehículo en tierra frena por la acción del suelo sobre las ruedas, en el aire, por efecto de la resistencia aerodinámica”, continúa Belló-Mora. “Pero en el espacio no hay un agente exterior que pueda frenar la nave, así que ésta utiliza sus motores cohete, que expulsan por sus toberas el combustible (hidracina, xenón...) a gran velocidad. Por el principio de acción y reacción se produce el frenado de la nave”. Con la operación planificada para hoy se reducirá la velocidad relativa de la nave respecto al 67P/Churyumov-Gerasimenko en 271 metros por segundo.
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