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viernes, 10 de septiembre de 2010

“Leer el pensamiento”, una fantasía¿? cada vez más cercana

10/09/10 Lograron traducir ondas cerebrales de un paciente con parálisis avanzada, en palabras sueltas.
Un equipo de científicos de la Universidad de Utah ha dado un paso insólito hacia la posibilidad de “leer el pensamiento” de las personas con parálisis avanzada. En un estudio publicaron que es posible traducir las ondas cerebrales en palabras.

La investigación, que aparece en la revista especializada “Journal of Neuroscience” y divulgada ayer en varios medios estadounidenses, explica que este hallazgo que parece propio de una película de ciencia ficción fue posible gracias a la colocación de electrodos en el cerebro.

El equipo liderado por el bioingeniero Bradley Greger diseñó un delicado mecanismo que consiste en distribuir los electrodos en dos “rejillas” del tamaño de un botón y que fueron colocadas en los centros del habla del cerebro de un paciente epiléptico.

Los científicos conectaron luego el sistema de electrodos a una computadora preparada con un software especial para grabar señales cerebrales y le presentaron al paciente 10 palabras que consideraron útiles para una persona paralizada en el transcurso de su vida: “sí”, “no”, “calor”, “frío”, “hambriento”, “sediento”, “hola”, “adiós”, “más” y “menos”.

A continuación, pidieron al paciente que tratara de repetir las palabras en voz alta, y comprobaron que, en una proporción del 76 al 90 por ciento de los casos, el ordenador mostraba las mismas señales cerebrales para cada palabra que le habían enseñado durante el experimento anterior.

“Casi explotamos de la emoción cuando vimos que nuestro mecanismo realmente funcionaba”, dijo el profesor Greger en un comunicado adjunto al estudio.

Greger no dudó, además, en calificar el hallazgo como “lectura del pensamiento” y expresó su esperanza de que “en dos o tres años esté disponible para su uso en pacientes paralizados”.

“Hemos probado que estas señales nos dicen lo que la persona está pensando, pero necesitamos ser capaces de traducir más palabras con más precisión hasta que se convierta en algo que un paciente pueda considerar útil”, explicó.

Un tipo de paciente que podría resultar especialmente beneficiado es, según Greger, el que padece el síndrome de parálisis temporal tras sufrir un ataque. En ese estado, las personas afectadas suelen comunicarse únicamente con movimientos, como el guiño de un ojo, para elegir las palabras de un listado, pero la posibilidad de transmitir lo que piensan supondría un “gran avance” para su autonomía.

“Incluso si sólo logramos llegar a traducir 30 ó 40 palabras, eso podría darles mucha mejor calidad de vida”, aseguró.

El descubrimiento, que de momento sólo ha sido ensayado en ese único paciente, también podría beneficiar a los afectados por la enfermedad de Lou Gehrig o el trauma profundo.

Hasta ahora, la posibilidad de colocar electrodos en la superficie del cerebro ha sido descartada en numerosas ocasiones por el temor a causar daños irreversibles, algo que, según Greger, no ocurre con su método, porque las pequeñas partidas de electrodos sólo se depositan en los centros de habla, “y no se implantan”.

En su afán por “refinar” la máquina de traducción del pensamiento, el equipo liderado por Greger ha aumentado el número de electrodos que se agrupan en la rejilla de 16 a 121 sensores, con el fin de aumentar la precisión de sus lecturas.